El niño mensajero de los plantados
Miguel Sánchez, siendo un niño, desde los 12 años a los 19, fue correo o mensajero de los plantados; sacando las cartas (balitas) al extranjero, y a otras prisiones. Detrás de los testículos, en la boca y detrás del cuello de su camisa, sacó parte de la historia que se conoce hoy. Desde los 12 años a los 19 años, fue el mensajero secreto del Comandante Huber Matos y el primer enlace de la organización de Huber Matos entre las prisiones de Cuba, que luego se convertiría en el C.I.D. Sacó de la prisión parte del libro de Huber Matos, Cómo llegó la noche; el primer libro de Armando Valladares, Desde mi silla de ruedas; Los Plantados, de Nerín Sánchez (su padre); el libro de Eduardo de Juan, Jardín de Héroes; las cartas del nieto de Máximo Gómez, Andrés Vargas Gómez; la lista de Raúl Pérez Coloma (el queso), con la relación de miles de presos y presas políticas, incluyendo el número de preso, causa, y condena. También extrajo miles de nombres de guerrilleros muertos en las montañas y ciudades, los fusilados, asesinados, lista de los plantados, la carta de los 138 contra del dialogo de 1978, y muchas más, que luego sirvieron para escribir libros, documentales, y películas. Miguel Sánchez, desde Cuba, enviaba estas cartas al periodista del Diario de las Américas, Humberto Medrano, que defendía con valentía a los plantados.
Logró hacer saber al mundo y a las nuevas generaciones de cubanos, los horrores de las prisiones de Castro, y la valentía de estos titanes para llevarle a Cuba su libertad desde el mismo principio de la revolución. Estos documentos históricos, sirvieron para desmentir a Fidel Castro, cuando decía que en Cuba no existían presos políticos.