ORIGEN e HISTORIA DE LOS PLANTADOS: ¡Prohibido Olvidar! PLANTADO TM
En 1964, Fidel Castro, implementó en la prisión de Isla de Pinos, Cuba, el abusivo y sanguinario “Plan de Trabajo Forzado, Camilo Cienfuegos.” Todos, eran obligados a trabajar a punta de bayonetas, no podían negarse, a patadas, palos, a tiros, y fuertes golpizas. Lo mismo en la agricultura, que en las canteras de mármol. Entre un total de 7,000 a 11,000 prisioneros políticos, tres prisioneros, se atrevieron a negarse a trabajar a la fuerza: el primero, Alfredo Izaguirre Riva (Periodista), seguido por Emilio Adolfo Rivero Caro (Abogado), y Onirio Nerín Sánchez Infante (ex Capitán del Ejército Rebelde, y jefe de guerrillas en el Escambray), estos tres valientes idealistas, al PLANTAR al trabajo forzado a punta de bayonetas y golpizas, crearon el concepto conocido como “PLANTADO”. Según el libro de Armando Valladares, “Contra toda esperanza”, estos tres primeros plantados, Izaguirre, Rivero Caro, y Nerín Sanchez; llevaban en las ergástulas más de un año, aislados del resto de los demás prisioneros. Eran forzados a caer a punta de bayonetas, palos, y unas varas largas, constantemente en las aguas negras (mojonera), luego eran confinados en celdas tapiadas y gavetas, de día y noche, pero NUNCA los doblegaron, ¡jamás claudicaron!.
Había un grupo de valientes que aunque trabajaban, lo hacían despacio, al paso, hacían una férrea resistencia, se paraban cuando les daban golpes, y no retrocedían cuando les tiraban. Todos eran golpeados con cabillas, palos y a planazos de machete, varios fueron asesinados a bayonetazos y a tiros; pero jamás se rindieron. De este grupo de valientes, 21 prisioneros entre 1965 a 1967 fueron dejando de trabajar uniéndose a los tres primeros: Alfredo Izaguirre Riva, Emilio Adolfo Rivero Caro, y a Onirio Nerín Sánchez Infante; llegando a ser 24 los prisioneros que plantaron al trabajo forzado en la prisión de Isla de Pinos entre 1964 hasta que cerraron la prisión en 1967.
Al ser cerrada la prisión de Isla de Pinos en 1967 y trasladados a la prisión grande, Cuba, los que trabajaban despacio, se unieron a los primeros 24, haciendo que miles de prisioneros políticos, engrosaran la lista de los titanes PLANTADOS. Todos, dejaron de trabajar, vestían su uniforme amarillo (caqui), o se mantenían en calzoncillo, así se unieron negándose a aceptar el plan de rehabilitación que les ofrecía la dictadura, que conllevaba vestir el uniforme de los presos comunes (azul).
“Los plantados, nunca se doblegaron, jamás claudicaron; al contrario, nunca antes en la historia del mundo, había existido tanto estoicismo, con tanta dignidad frente a un tirano tan salvaje”.
Miguel Sánchez (Proyecto Los Plantados, Inc.) losPlantados.com
Miguel Sánchez, presentó a la Real Academia de La Lengua Española, avalado por un grupo de plantados históricos, el significado de la palabra
PLANTADO:
“Preso político cubano que se opuso al trabajo forzado, negándose a aceptar los planes impuestos de rehabilitación durante el mandato de Fidel Castro : Posición inquebrantable, firme, estoica, de rebeldía, sin claudicación.”
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Del libro: “Vivencias Cubanas” Por Miguel Sánchez
“Plantado”, una palabra que antes del 1959 en el léxico Español, tenía una sola connotación: plantar un árbol o planta. Al llegar la tiranía de Fidel Castro al poder en Cuba; a la palabra Plantado se le agregó otro significado, único en el mundo, y a la vez, convirtiéndolo autóctono de la Cuba Castrista: Plantado, Los Plantados:
“PLANTADO”, ”Los Plantados”: “Preso político cubano que se opuso al trabajo forzado y se negaba a aceptar los planes de rehabilitación durante el mandato de Fidel Castro. Se caracterizaba por mantener una posición férrea, vertical, firme, inquebrantable, de estoicismo y de rebeldía, sin claudicación”. Miguel Sánchez
Los plantados por Miguel Sánchez
Los constantes ruidos de las descargas de los pelotones de fusilamiento, se convertían en el eco de cada madrugada. El sonido de las balas que acababan con otra vida más. Las puntas de las bayonetas atravesaban la piel, mientras, las botas con fuerza bruta quebraban las costillas de los que se atrevieron a no claudicar. Las feroces golpizas los dejaban exhaustos en el piso manchado de sangre; pero volvían a levantarse. La voluntad, era de hierro.
En la búsqueda de una Cuba Libre y democrática, estudiantes, obreros, campesinos, blancos y negros. Revolucionarios y batistianos, todos en un mismo empeño, se unieron para luchar contra la dictadura de Fidel Castro. Miles de hombres murieron en combate, en las montañas y en los llanos. Los sobrevivientes y los que se organizaron en las ciudades se encontraban ahora, en los edificios circulares y cuadrados de la prisión política de Isla de Pinos, Cuba.
Todos los prisioneros fueron llevados allí, a la prisión Modelo de Isla de Pinos construida entre 1926 – 1928 por el General Machado con capacidad para 2500 reclusos y en la dictadura de Castro, encarcelaron allí cerca de 4000 prisioneros de conciencia. Los primeros prisioneros políticos fueron miembros del ejército constitucional de Cuba, o sea batistianos, y de inmediato comenzaron a multiplicarse por los revolucionarios, compuestos por miembros del Ejército Rebelde, estudiantes, campesinos, intelectuales, blancos y negros. A todos se les dio el uniforme (caqui) del gobierno anterior de Fulgencio Batista. Al principio hubo mucha confrontación entre los prisioneros de Batista y los revolucionarios, que al final tuvieron que unirse para combatir a un solo enemigo, Castro. Más tarde le pusieron al uniforme, para identificarlos, una P en una pierna y espalda.
Largas filas de familiares se concentraban a la entrada de la cárcel. Venían de todos los rincones de Cuba. Llegaban allí en un ferry que daba viajes desde el puerto de Batabanó, en la ciudad de La Habana. Después de esperar por horas, con las jabas de alimentos para sus seres queridos, los más afortunados, lograban abrazarse.
El resto ese día, se enteraba que el preso estaba castigado, o había sido fusilado. Lágrimas y gritos, eran costumbre y compañía de aquel aterrador lugar.
A finales de 1963, se implementó un plan piloto para trabajar en la agricultura llamado Plan Morejón en la misma Isla de Pinos, nombrado así por el apellido del que fungía en ese momento como jefe del penal. Los primeros prisioneros llevados a la agricultura, no resultaron como esperaban, por lo que en junio de 1964, se implementó el plan forzado, “Camilo Cienfuegos”, siendo los prisioneros del Edificio 6 los primeros en comenzar. El trabajo forzado se convirtió en constante resistencia pacífica, los guardias armados de fusiles tiraban para intimidar, y luego para matar; dieron plan de machete, y a punta de bayonetas implementaban cada día forzadamente el trabajo despiadadamente.
El abuso de los carceleros y guardias era feroz, ejemplo, el cabo Arcia Rojas le atravesó el corazón con una bala a Francisco Novales, conocido como “Paco Pico”, este mismo guardia había asesinado cuatro meses antes, a Julio Tang.
En los campos de concentración, hubieron muchos muertos, y mutilados. Los pabellones de castigo, y constantes golpizas eran el diario vivir entre la horda asesina y los patriotas de conciencia. Las gavetas, eran celdas de castigo súper reducidas de espacio, donde los prisioneros más rebeldes eran castigados; teniendo algunos que dormir de pie, pegados unos con otros y amontonados, mientras los otros se acostaban en el piso sin apenas poder moverse.
Estando aún en La Isla, en el año 1964, el gobierno de los hermanos Castro les ofreció a todos los prisioneros políticos un plan de rehabilitación con mejores beneficios. La mayoría cansada de luchar, o por otras razones, terminó aceptando. El presidio político se dividió en dos: los del nuevo plan aceptó vestir el uniforme azul y llevados a los edificios cuadrados, y al menor grupo, que no aceptó dicho plan, y vestía en amarillo (caqui) o en calzoncillo, se les llamó los Plantados. El principal objetivo de la dictadura era doblegar a los prisioneros de conciencia a que aceptaran el plan de rehabilitación. Desde la negación al trabajo forzado, la rehabilitación, que incluía al uniforme fue lo que convirtió el concepto Plantado en una condición de lucha frontal. Durante este largo proceso, las dos tendencias que dan significado y describen lo que es un Plantado fueron: primero el plante al trabajo forzado, y como consecuente nunca más aceptaron trabajar, luego vino plantar al uniforme azul de los prisioneros comunes; aunque el régimen trató por la fuerza bruta además de volver a proponer un plan de rehabilitación, los plantados prefirieron largas condenas, golpizas, huelgas, no ver a sus familiares hasta por años, pero nunca claudicar.
La dictadura comprometida en doblegar la férrea y estoica posición de los plantados, ideó otro siniestro plan llamado Plan Progresivo, donde muchos plantados aceptaron comenzando vestidos de amarillo o caqui y luego fueron cediendo al nuevo plan.
Después de cerrada la prisión de isla de Pinos en 1967, todos los prisioneros políticos fueron repartidos por toda la cárcel grande, Cuba. Con los años los cientos de miles de hombres y mujeres que engrosaban la lista de valientes, hizo que varias cárceles en diferentes ciudades de Cuba se llenaran de presos políticos. La Cabaña, El Príncipe, Boniato, El Combinado del Este, Taco-Taco, Kilo Siete, Kilo Ocho, Cinco y Medio, Agüica, Melena I, Melena II, Nieves Morejón, Manacas, Guanajay, Nuevo Amanecer, Castillo de San Severino y muchas más.
Las huelgas de hambre y de sed eran la única arma para protestar o pedir sus derechos. Años después, por reclamar estos mismos derechos, Pedro Luis Boitel, Roberto López Chávez, Carmelo Cuadras, Olegario Charlo Pireta, Enrique García Cueva, Reynaldo Cordero, todos, murieron inmolados en huelga de hambre. Los comunistas no podían mancillar sus principios, a pesar de que estaban solos e ignorados por el mundo.
En la Prisión de la Cabaña, fue muy difícil subsistir. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cuba Libre!, eran los gritos de los patriotas antes de recibir los impactos de las balas en el pecho.
Manadas de hienas golpeaban a los valientes plantados, con patadas, machetes, cables, cadenas y tubos. Cabezas, costillas, brazos y piernas rotas hacían brotar chispas para la inmolación. A la fuerza se les obligaba a vestir el uniforme azul, aun adoloridos, se lo quitaban y quedaban desnudos. Los más intransigentes, eran castigados e incomunicados en tapiadas[1] y gavetas[2] por meses. Otros, eran empujados con la punta de las bayonetas a caer en las aguas albañales repletas de excremento (mojonera), y dejados luego en celdas sin agua por días. Las bayonetas de los AK-47 se hundían en la carne de los que no se arrodillaban.
La férrea posición vertical, inquebrantable, de estoicismo y de rebeldía, sin claudicación conocida como Plantado, les costó largos años de prisión a la mayoría de ellos. Los prisioneros más rebeldes, eran enviados a las celdas tapiadas. Con escasa y mala alimentación eran encerrados en estas celdas sin ventanas, oscuras y con poca ventilación. Sin colchón, ni sábanas, y a veces desnudos, compartían el frío piso de concreto con las cucarachas y ratones. Por su estoicismo, sus familiares eran castigados meses o años sin verlos.
Las constantes humillaciones de los carceleros formaban parte de la intención de doblegarlos; pero al contrario, la férrea voluntad de los Plantados, los transformaba en gigantes. Los ideales iban escalando hacia su pedestal.
La abnegación, y entrega a la patria en la prisión de Isla de Pinos, hiso que naciera el fundamento y origen de Los Plantados; la posición de rebeldía de negarse al trabajo forzado consagró la definición de Plantados en toda su existencia: cuando tres prisioneros políticos se negaron a trabajar a la fuerza, en condiciones infrahumanas, en la agricultura y en las canteras, o sea, se opusieron al trabajo forzado del régimen de los Castro, y decidieron no trabajar a la fuerza; estos tres hombres le dieron forma y nombre al concepto de “Plantado”: Alfredo Izaguirre Riva (el primero), Emilio Adolfo Rivero Caro, seguido por Onirio Nerín Sánchez Infante. Unos meses después, este grupo inicial de tres, fue apoyado y seguido por otro grupo de prisioneros que se unieron por el mismo propósito y posición de plante al trabajo forzado en el siguiente orden: Odilo Alonso Fernández, José Varona Primelles, Eriberto Bacallao Espinosa, Gregorio Ariosa Rubio, Ernesto Toledo López, Carlos Moreno Pacheco, Ricardo Vázquez Pérez, Israel Abreu Villareal, Pedro Luis Boitel Abraham (muerto en huelga de hambre), Servando Infante Jiménez, Enrique García Cueva (muerto en huelga de hambre), Ramón Lezcano, José Piloto Mora, Orlando Almanza, Antonio Vigo Cancío, Roberto López Chávez (muerto en huelga de hambre), Ricardo Rangel Mendoza, Julio Reyes Suárez (se volvió loco en el pabellón de castigo), Antonio Rodríguez Galano, Juan Pérez Báez, y Roberto Pavón Pena.
Estos fueron los 24 prisioneros políticos plantados que entre 1964 al 1967, se negaron al trabajo forzado y dieron a la palabra PLANTADO su verdadero significado. Dicho orden y nombres, fueron verificado por un grupo de los mismos que estuvieron en este estoico grupo.
Los Plantados, eran los que más golpizas recibían. Los más castigados, los que eran enviados a las gavetas, a las tapiadas, los que más pinchazos de bayonetas recibían, los que eran recondenados sin juicio, los que menos visitas recibían. Los que más años de prisión cumplían. Entonces, entre los indomables, surgieron los tres primeros prisioneros políticos Plantados que se negaron a trabajar en el Plan de Trabajo Forzado “Camilo Cienfuegos” en Isla de Pinos: Alfredo Izaguirre Riva, el primero, seguido por Emilio Adolfo Rivero Caro y Onirio Nerín Sánchez Infante. [i]
Es necesario mencionar, que en 1953, Fidel Castro, Raúl Castro, Juan Almeida, Ramiro Valdez, y Chanes de Armas, fueron hecho prisioneros por asaltar el entonces Cuartel Moncada y solamente cumplieron un año de prisión. Cuando Fidel asume el poder, sanciona al Comandante Chanes de Armas, antiguo compañero de prisión, asaltante del Moncada, y expedicionario del Granma, por relevarse contra su plan de llevar el comunismo a Cuba, y lo sanciona a 30 años de prisión. Chanes cumplió íntegramente hasta el último día, Plantado, siendo el prisionero de conciencia, PLANTADO, que cumpliera más años en prisión en el mundo, incluso más que Mandela.
PLANTADOS NOTABLES CON POSICIÓN FIRME EN TODO MOMENTO, HASTA EL FINAL:
Alfredo Izaguirre De La Riva, Emilio Adolfo Rivero Caro, Onirio Nerín Sánchez Infante, Gregorio Ariosa Rubio, Pedro Luis Boitel, Huber Matos, Mario Chanes de Armas, Ángel de Fana Serrano, Luis Gónzalez Infante, José Oscar Rodríguez (Napoleoncito), Servando Infante Jiménez, Heriberto Bacallao Espinosa, Odilio Alonso Fernández, Eusebio Peñalver Mazorra, Israel Abreu Villareal, Juan Roque Maya, Carlos Moreno Pacheco, Andrés Vargas Gómez, Martín Pérez, Tony Lamas, Lauro Blanco, Alberto Grau Sierra, Ángel Cuadra, Silvino Rodríguez Barrientos, Armando Valladares, Eduardo Cuencio Sobrino, Reynaldo Aquít Manríquez, Roberto Alberto Azcuy Cruz, Cesar Páez Sánchez, Alberto Fibla, Atilano Gómez, Roberto Perdomo, Reinaldo López Lima, Rodolfo Rodriguez San Román, Ramón San Román Novo, Osvaldo Figueroa Gálvez, Eduardo F. Capote Rodríguez, Ramón Grau Alsina, Jesús Silva Pontigo, Luis M. Zúñiga Rey, José L. Pujals Mederos, Eleno Oviedo Álvarez, Tomas Regalado Molina, y muchos más.
Ver relación firmantes de la carta contra el dialogo, estaban plantados hasta el final: http://losplantados.com/carta-contra-el-dialogo-1977-1978/
Las huelgas de hambre y de sed eran la única arma para protestar o pedir sus derechos. Años después, por reclamar estos mismos derechos, Pedro Luis Boitel, Roberto López Chávez, Carmelo Cuadras, Olegario Charlo Pireta, Enrique García Cueva, Reynaldo Cordero, todos, murieron inmolados en huelga de hambre.
[1] Celdas sin ventanas. Puerta cubierta por una plancha de metal.
[2] Celdas de 5’ x 6’ por 17” de ancho situadas a la intemperie, sin servicio sanitario, ni ventilación. Eran ubicados en grupos de a 6 por celda.
[i] BIBLIOGRAFIA:
CONTRA TODA ESPERANZA, Armando Valladares.
Pg.257…Allí se había concentrado el pequeño grupo de los que se negaron a trabajar, unidos a Izaguirre, Rivero Caro y Nerín, que llevaban en las ergástulas más de un año aislados.
Pg.266…Y llegaron unos camiones. Sacaron del hospital a Boitel. Y a algunos de las celdas de castigo, entre ellos a Izaguirre, Rivero, Nerín y otros.
COMO LLEGO LA NOCHE, Huber Matos.
Pg.446. Tengo aquí buenos amigos. Entre ellos el padre Miguel Ángel Loredo, Cesar Páez, José Antonio Villarnovo, Alfredo Izaguirre, Emilio Rivero Caro, Alberto Muller, el doctor José Misrashi. También Nerín Sánchez, quien viene del Castillo del Príncipe…
Pg.458.Están los oficiales del Ejército Rebelde Juramentado. dirigidos por Nerín Sánchez. Nerín ha mantenido una posición muy firme en Isla de Pinos, negándose al trabajo forzado y a otras imposiciones del régimen castrista.
Pg.460. Cuando dan por un hecho que iniciaré la huelga. Nerín Sánchez me aconseja que la posponga hasta después del invierno. Me dice que enero y febrero son poco recomendables para iniciarla; las bajas temperaturas y un estómago vacío pueden frustrar el objetivo del ayuno, que es el de prolongarlo durante el mayor tiempo posible. Le doy la razón.
Pg.462 Me conmueven Lauro Blanco y Nerín Sánchez. Se acercan y me dicen: —Huber, vamos a la huelga contigo.
Los observo y medito. Sus ojos cansados y el maltrato a que han sido sometidos sus cuerpos hacen aún más meritoria su decisión.
Pg.463. Ellos llevaran allí la noticia de que estoy en huelga de hambre y que Lauro Blanco y Nerín me acompañan.
Pg.486. Los compañeros en las galeras están dispuestos a declararse en huelga de hambre, principalmente por la pésima calidad de la comida y otras razones. Nosotros alcanzamos el propósito de nuestra huelga y logramos, <>,
que nos devolvieran el uniforme de preso político y que se nos permitiera la visita de nuestros familiares. Quisiéramos sumarnos a esta protesta, aunque después de ciento sesenta y cinco días de ayuno y penurias, no creemos poder soportar otra prueba igual.
La huelga ha comenzado; Lauro, Nerín y yo deliberamos. Decidimos ser solidarios y acordamos acompañarlos cueste lo que cueste. Hace sólo veinte días terminó nuestra huelga de hambre.
CRÓNICAS DEL BLOQUE 19, por Evelio Ancheta.
Pg.35. Unas semanas después, el ex-capitán del Ejército Rebelde Nerín Sánchez se sumó al dúo de Alfredito y Emilio Adolfo, a compartir las salvajes palizas.
CRÓNICAS DEL BLOQUE 19, por Evelio Ancheta.
Pg. 36. Dedicado a: Alfredo Izaguirre, Emilio Adolfo Rivero Caro, Nerín Sánchez, por su valentía y firmeza en su posición, casi suicida en aquellos momentos, y que siempre apoyamos y respetamos aunque no era compartida; de hecho muchos de los que participaron en la resistencia colectiva perdieron la vida, resultaron lisiados y terminaron con más heridas, o peor aún, más de 200 perdieron la razón.Pg. 36. Dedicado a: Alfredo Izaguirre, Emilio Adolfo Rivero Caro, Nerín Sánchez, por su valentía y firmeza en su posición, casi suicida en aquellos momentos, y que siempre apoyamos y respetamos aunque no era compartida; de hecho muchos de los que participaron en la resistencia colectiva perdieron la vida, resultaron lisiados y terminaron con más heridas, o peor aún, más de 200 perdieron la razón.
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Escrito por Miguel Sánchez