Comandante Huber Matos

HUBER MATOS, Comandante.
por su mensajero secreto, Miguel Sánchez

Huber Matos Benítez, nació el 26 de noviembre 1918 en Yara, provincia de Oriente, en el seno de una familia humilde, logró graduarse en la Escuela Normal para Maestros de Santiago de Cuba y posteriormente se doctoró en pedagogía en la universidad de la Habana en 1944. Descontento con el golpe militar de Batista el 10 de marzo de 1952,(a tres meses de las elecciones) Huber Matos, se une a la lucha de la clandestinidad en contra de la dictadura de Batista, junto a otros, fue encarcelado y llevado a los tribunales, pero por falta de pruebas los absuelven.
Huber, era miembro del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) y masón. Por todas estas razones se vio obligado a renunciar al cargo de vicedecano del Ejecutivo Nacional del Colegio de maestros. Como responsable de los contactos con los demás grupos conspirativos del Partido Ortodoxo en la provincia, Huber Matos, viajó a La Habana a reunirse con el Dr. Juan Horta, enlace de la dirección nacional ortodoxa con la clandestinidad. Semanas después, junto a una veintena de hombres es adiestrado en el manejo de granadas de mano y tiro de fusil, por un experto oficial en la finca “Jobosi” cercana a Yara. Huber era amigo de Celia Sánchez, quien le pidió ayuda para abastecer a la fuerza rebelde comandada por Fidel Castro, quien había llegado en el Granma desde México recientemente. Huber, se mantuvo en permanente contacto con el Movimiento 26 de Julio en Santiago de Cuba, cuyo jefe era Frank País, segundo hombre de la revolución después de Fidel.

En marzo de 1957 junto a Celia Sánchez y a otros revolucionarios, Matos, organiza un campamento rebelde para apoyo y traslado de los hombres a la guerrilla. Huber, trasladaba hombres y equipos a la Sierra Maestra que enviaba Frank País en dos camiones grandes camuflados que eran de la empresa de su familia dedicada al transporte de arroz. (MATOS E HIJOS, AGRICULTORES, YARA, ORIENTE) Cabe mencionar, que Huber Matos, mientras todo esto estaba pasando seguía impartiendo clases como maestro. Por el día, era maestro, y por la noche, conspiraba. Hace contacto con Celia y le pide que le autoricen incorporarse a la guerrilla. Mientras espera, la policía de Batista lo busca, su familia es interrogada. Al fin, llega la respuesta de Fidel: “Aquí serás un hombre más, hacen falta armas y balas. Si vienes con un fusil te aceptamos”.
En Mayo de 1957, ayudado por un amigo de su padre, se asila en la embajada de Costa Rica. En San José, se reúne con sus hermanos masones, con otros miembros del 26 de julio, del Directorio Revolucionario, y miembros de los auténticos. Por varios meses junto a Evelio Rodríguez, y Napoleón Bécquer, se dedican a la busca de armas. Huber Matos, logra recibir ayuda del mismo presidente de Costa Rica, el honorable José Figueres.

El 30 de marzo de 1958, Huber Matos llega a la Sierra Maestra, Oriente, Cuba en un avión C-46 de transporte utilizado durante la segunda guerra mundial, piloteado por Pedro Díaz Lanz y Roberto Verdaguer, ambos del Movimiento 26 de Julio. También con ellos, el resto de los miembros de la expedición de Cienaguillas que Huber Matos organizó: Napoleón Bécquer, Evelio Rodríguez, Orlando Ortega, Samuel Rodríguez, Ricardo Martínez, Rafael Pérez Rivas, Francisco Pérez Rivas, Pedro Miret y el argentino Rojo del Rio.
Fidel Castro, le pidió a Huber Matos que trajera un fusil si quería unirse a la guerrilla, Huber, no solo trajo su fusil, también trajo más combatientes y un avión con más de cinco mil toneladas de armas y 3,006 municiones, varias subametralladoras, fusiles y dos ametralladoras calibre cincuenta. Huber Matos, fue posiblemente el Comandante que realizó los aportes más significativos a la causa cubana, e irónicamente la misma revolución que el ayudó a triunfar, le pagara con traición.

Huber fue parte del triángulo de los más conocidos y respetados de la revolución, incluyendo a Camilo y a el Che. En el 1958 comandó la columna 9 en la Sierra Maestra, compuesta por 129 combatientes; tubo a cargo la toma de la ciudad de Santiago de Cuba. En la entrada triunfal a la habana, eran tres los primeros que la encabezaban, Fidel Castro, Camilo Cienfuegos y Huber Matos.(aunque fue eliminado de la foto para que las nuevas generaciones nunca supieran de Matos). El comandante Huber Matos, llegó a ocupar el cargo de jefe militar de la provincia de Camagüey, pero a diferencia, de los demás militares optó valientemente por sacrificar todos los privilegios de su cargo histórico y en vez de quedarse aplaudiendo y acatar el mal que se avecinaba para el pueblo cubano, renunció públicamente al percatarse de la dirección, que la soñada revolución estaba tomando. Sus profundas divergencias ideológicas con la orientación totalitaria de Castro a solo 9 meses del triunfo de la revolución, hizo que Fidel Castro mandara a su amigo y compañero Camilo Cienfuegos a detenerle en su cuartel, el mismo Camilo, comunica que no está armado ni sublevado; pero Fidel no escucha porque ya tenía su macabro plan que también eliminaría a Camilo Cienfuegos en un supuesto enfrentamiento con Huber, lo cual, Huber Matos razonó y decidió desarmar a su tropa. Tras un juicio sumario, fue condenado a 20 años de prisión Junto a él, también fueron detenidos sus oficiales: 3 de sus capitanes fueron sancionados a 7 años, otros 2, a 3 años de prisión, 2 más a 2 años, mientras 15 tenientes a 2 años de prisión, por el solo hecho de apoyar a su jefe, este valiente hecho se conmemorará en una cuba libre y democrática.

Algunos exiliados cubanos, un mínimo, casi mayoritariamente las personas de origen batistiano, no simpatizan con Huber Matos, ya que fue uno de los militares más cercanos a Castro, y al estar a cargo de la provincia de Camagüey; desde enero a octubre de 1959, estuvo de acuerdo con algunos fusilamientos. De cierto, por su cargo de Comandante de Camagüey, Huber, firmaba las sentencias, que ya el tribunal había ratificado. Una entrevista realizada por mi, a Dionisio Suarez Esquivel, que fue un alto oficial de Huber Matos, luego en el exilio fue miembro de la brigada 2506, y fuera parte de la guerra por los caminos del mundo, en aquel momento, en Camagüey, ejecutaba las ordenes del tribunal, me dijo que todos los fusilados en esa fecha, y muy importante, en Camagüey, eran criminales de guerra, que el mismo pueblo y familiares, los habían denunciado. Estas cosas se volverán a repetir en una Cuba libre y democrática, habrán miles de criminales castristas, chivatos que hicieron mucho daño, y por humanos, y cristianos que seamos, miles merecerán ser pasados por las armas también. Estas mismas personas, que le critican, tampoco analizan que Matos se enfrentó al ejercito de Batista con las armas en la mano, y luego al ver el camino de traición de Castro, se desvinculó por completo de la revolución por la que había luchado tantos años.

CARTA DE RENUNCIA DE HUBER MATOS

Camagüey, octubre 19 de 1959

Dr. Fidel Castro Ruz
Primer ministro
La Habana

Compañero Fidel:

En el día de hoy he enviado al jefe del Estado Mayor, por conducto reglamentario, un radiograma interesando mi licenciamiento del Ejército Rebelde. Por estar seguro que este asunto será elevado a ti para su solución y por estimar que es mi deber informarte de las razones que he tenido para solicitar mi baja del ejército, paso a exponerte las siguientes conclusiones:
Primera: no deseo convertirme en obstáculo de la Revolución y creo que teniendo que escoger entre adaptarme o arrinconarme para no hacer daño, lo honrado y lo revolucionario es irse.
Segunda: por un elemental pudor debo renunciar a toda responsabilidad dentro de las filas de la Revolución, después de conocer algunos comentarios tuyos de la conversación que tuviste con los compañeros Agramonte y Fernández Vila. Coordinadores Provinciales de Camagüey y La Habana, respectivamente: si bien en esta conversación no mencionaste mi nombre, me tuviste presente. Creo igualmente que después de la sustitución de Duque y de otros cambios más, todo el que haya tenido la franqueza de hablar contigo del problema comunista debe irse antes de que lo quiten.
Tercera: solo concibo el triunfo de la Revolución contando con un pueblo unido, dispuesto a soportar los mayores sacrificios…porque vienen mil dificultades económicas y políticas…, y ese pueblo unido y combativo no se logra ni se sostiene si no es a base de un programa que satisfaga parejamente sus intereses y sentimientos, y de una dirigencia que capte la problemática cubana en su justa dimensión y no como cuestión de tendencia ni lucha de grupos.
Si se quiere que la Revolución triunfe, dígase adónde vamos y cómo vamos, óiganse menos los chismes y las intrigas, y no se tache de reaccionario ni de conjurado al que con criterio honrado plantee estas cosas.
Por otro lado, recurrir a la insinuación para dejar en entredicho a figuras limpias y desinteresadas que no aparecieron en escena el primero de enero, sino que estuvieron presentes en la hora del sacrificio y están responsabilizados en esta obra por puro idealismo, es además de una deslealtad, una injusticia , y es bueno recordar que los grandes hombres comienzan a declinar cuando dejan de ser justos.
Quiero aclararte que nada de esto lleva el propósito de herirte, ni de herir a otras personas: digo lo que siento y lo que pienso con el derecho que me asiste en mi condición de cubano sacrificado por una Cuba mejor. Porque aunque tu silencies mi nombre cuando hablas de los que han luchado y luchan junto a ti, lo cierto es que he hecho por Cuba todo lo que he podido ahora y siempre. Yo no organicé la expedición de Cieneguilla, que fue tan útil en la resistencia de la ofensiva de primavera para que tú me lo agradecieras, sino por defender los derechos de mi pueblo, y estoy muy contento de haber cumplido la misión que me encomendaste al frente de una de las columnas del Ejército Rebelde que más combates libró. Como estoy muy contento de haber organizado una provincia tal como me mandaste. Creo que he trabajado bastante y esto me satisface porque independientemente del respeto conquistado en los que me han visto de cerca, los hombres que saben dedicar su esfuerzo en la consecución del bien colectivo, disfrutan de la fatiga que proporciona el estar consagrado al servicio del interés común. Y esta obra que he enumerado no es mía en particular, sino producto del esfuerzo de unos cuantos que, como yo, han sabido cumplir con su deber. Pues bien, si después de todo esto se me tiene por un ambicioso o se insinúa que estoy conspirando, hay razones para irse, si no para lamentarse de no haber sido uno de los tantos compañeros que cayeron en el esfuerzo.
También quiero que entiendas que esta determinación, por meditada, es irrevocable, por lo que te pido no como el comandante Huber Matos, sino sencillamente como uno cualquiera de tus compañeros de la Sierra
—¿te acuerdas? de los que salían dispuestos a morir cumpliendo tus ordenes— que accedas a mi solicitud cuanto antes, permitiéndome regresar a mi casa en condiciones de civil sin que mis hijos tengan que enterarse después, en la calle que su padre es un desertor o un traidor.
Deseándote todo género de éxitos para ti en tus proyectos y afanes revolucionarios, y para la patria agonía y deber de todos queda como siempre tu compañero,
Huber Matos

El Comandante Huber Matos, por esta última de sus cartas a Castro, fue condenado a veinte años de prisión, acusado de sedición y traición a la revolución. Anteriormente, en julio 1959, Huber Matos había denunciado públicamente en la radio de Camagüey, hacia dónde se estaba dirigiendo la soñada revolución, y había manifestado su desacuerdo con el plan de la reforma agraria. Huber había palpado y sentido desde adentro, el camino de la revolución traicionada. Fidel Castro, conocía el valor y la entereza de carácter de su ex compañero de guerrillas, y sabia que la firmeza y dignidad de Huber Matos no la iba a doblegar fácilmente; por lo que decidió eliminarlo de completo; primero; creándole una atmósfera de traidor y oportunista, y después; desmoralizado, sería más fácil encausarlo y fusilarlo.
El 26 de julio, Huber Matos, y Fidel Castro se reunieron en el Hotel Hilton de La Habana, donde Castro le dijo sobre una de sus primeras cartas:
—”Tu renuncia no es aceptable en este punto. Todavía nos queda mucho trabajo por hacer. Admito que Raúl y el Che, están coqueteando con el marxismo… pero tienes la situación bajo control… Olvídate de renunciar … pero si en un tiempo tú crees que la situación no está cambiando, tienes el derecho a renunciar.”
En septiembre de 1959, Huber Matos escribió:
“La influencia comunista en el gobierno ha seguido creciendo. Tengo que dejar el poder tan pronto como sea posible. Tengo que alertar al pueblo cubano en cuanto a lo que está sucediendo.”

El infame juicio que comenzara en diciembre 11 de1959, y concluyera el 14 de diciembre, marcó un acontecimiento histórico, donde Castro manipuló al tribunal, y a los testigos. Desde el momento que Castro ordenó a Camilo el arresto de Huber, se le dio luz verde a las emisoras de radio en Camagüey, para que lo atacasen y desmoralizaran. Dos locutores testaferros, Jorge Enrique Mendoza Reboredo y Orestes Valera; quienes también fueron al juicio para insultarlo y acusarlo, el 21 de octubre, se pasaron el día calumniando e insultando a Huber, y a su tropa, acusándolos de traidores, hijos de perra, y otras canalladas. Raúl Castro y el Che Guevara, abogaban por la ejecución de Huber Matos; pero Castro, optó por no ejecutarlo; temiendo que la tropa presente en el juicio se le revirara. Castro personalmente pudo constatar el respeto y admiración a la persona de Matos al manifestar su arbitrario e injusto arresto.  Fidel Castro, con su habilidad gansteril, mantuvo en control el juicio, mintiendo, supo manipular al jurado, pero no logró amedrentar a Huber, que le respondía con valentía y dignidad. En una de las mentiras de Castro, Huber, enérgicamente sin miedo ni vacilaciones, intervino diciéndole:
—¿Y por qué no prueba eso que acaba de decir presentando mi carta de respuesta? Usted ha venido con unos cuantos papeles.
A lo que Castro, le contestó:
—No, esa carta no la traje; creo que se ha extraviado, no sé.
Huber firmemente le dijo:
—Es de lamentar que no la haya traído para respaldar su afirmación; no la trajo porque evidenciaría mi condición de hombre honesto y de principios, todo lo contrario de lo que usted está diciendo.
Fidel muy molesto con las interrupciones de Huber Matos, le reclamó al Presidente del tribunal que se le respetara el uso de la palabra. Pero ni así pudo impedir que Huber Matos, cada vez que Castro dijera una de sus cobardes y cínicas mentiras, se parara una y otra vez sin ningún tipo de miedo. A pesar que el tribunal, con Fidel Castro al frente, mantuvieron las acusaciones de traición, y sedición, no pudieron demostrar ninguna de las acusaciones.
La intuición, el coraje y la capacidad organizativa y de líder, que Huber Matos demostró, lo llevó al grado de Comandante y a ser una de las dos o tres figuras más emblemáticas e importantes en la lucha armada contra la dictadura de Fulgencio Batista. Matos, logró ser respetado y admirado por los miembros del Ejército Rebelde, fue lo que impidió que el dictador Fidel Castro, le impusiera la pena de muerte, imponiendo la condena de 20 años pero Castro, no pudo doblegar su espíritu y dignidad, que mantuvo intacta hasta el final de su condena.
Huber Matos, recorrió varias prisiones de Cuba, de la patria a la que había entregado tanto. Recibió golpizas, torturas, y todo tipo de vejámenes; pero nunca claudicó. Comenzó y terminó plantado, en constante rebeldía. En una ocasión, dos de sus compañeros plantados, Lauro Blanco, y Nerín Sánchez, se unieron a una huelga que decidió realizar Huber Matos; resultando ser la huelga más larga que ha existido en las prisiones cubanas, 6 meses, amarrados y alimentados a la fuerza; se mantuvieron firmes hasta lograr sus condiciones. Esta huelga la decidió hacer Huber aunque le costase su vida, debido a las constantes vejaciones a las que estaba siendo sometido, y solo estos dos plantados, Lauro y Nerín, se unieron a compartir las golpizas y torturas que les propiciaron sus carceleros. Al terminar esta huelga, el presidio casi completo fue a una huelga general y los 3, Lauro, Nerín, y Huber, a pesar que estaban muy débiles, debido a su recién terminada huelga; se unieron ha ella, hasta que la huelga quedó desintegrada en unas semanas.

En octubre 2 de 1979, extinguió su cruel e injusta condena de 20 años, y salió rumbo a Costa Rica, con parte de la mayoría del grupo de los 138 compañeros firmantes de la carta contra el dialogo de 1978. Su dedicación a la lucha por la libertad de Cuba fue insaciable, se reunió con muchos lideres y personalidades de varios países del mundo, abogando por la libertad de su pueblo. Creó las bases y cimientos para su organización que tubo sus raíces en las prisiones en Cuba, C.I.D. “Cuba Independiente y Democrática.” Fundó una emisora de radio con la cual logró llevar el mensaje libertario del C.I.D a su patria querida. Escribió su testimonio “Cómo llegó la noche” que narra el lado de la vedad no contada por los comunistas de Castro.

Conocí al Comandante Huber Matos Benítez, visitando a mi padre a la prisión compartieron misma celdas tapiadas, castigados, en calzoncillos, incomunicados, y en condiciones infrahumanas; pero siempre con la misma posición vertical. En una de las visitas que fui con mi abuela, a la prisión de el Príncipe, estuve un rato hablando con Huber, recuerdo que a partir de ese mismo día, compartimos ratos hablando de la historia, que a pesar de ser bien niño, era uno de los temas que más me interesaban grandemente.

El Príncipe, La Cabaña y el Combinado del Este, fueron las prisiones donde me convertí; a mis 12 años, en el mensajero único del Comandante Huber Matos. Su lugar teniente y fiel amigo, Tony Lamas, le hizo saber a Huber, que yo, Miguel Sánchez, hijo de su amigo y hermano Onirio Nerín Sánchez, estaba sacando las cartas o “balitas”, a mi padre, y a otros plantados. Inmediatamente, Huber Matos habló con mi padre; Nerín, y a partir de mis 12 años de edad, tuve el orgullo y honor de convertirme en su mensajero secreto, llevé cartas a su padre Rogelio a Manzanillo, envié cartas a su esposa María Luisa Araluce, a Costa Rica, envié cartas al exilio, al periodista Humberto Medrano, entregué sus balitas y cartas a otros presos para llevarlas a otras prisiones; y devuelta con las respuestas, las volvía a entrar a la prisión y las entregaba a Huber de nuevo. Huber Matos, en una visita en 1978 en la prisión del Combinado del Este, me entregó personalmente una balita, con la copia de la carta de 138 firmantes contra el dialogo de 1978, entre el grupo del exilio “Comité de los 100,” la izquierda americana, y el gobierno cubano, que la envié a su esposa a Costa Rica a su petición. Seguí sacando cartas en mi boca, detrás de mis testículos, en el cuello de mi camisa, etc. Así lo estuve haciendo hasta que cumplí 19 años, que salimos de Cuba con Huber, su padre Rogelio, mi padre, parte de mi familia, y los miembros de los 138 firmantes de la carta que Huber me entregara un año antes.

Ha quedado demostrado que Fidel Castro fue el gran traidor del pueblo cubano, y un farsante cobarde, y que el Comandante Huber Matos, tuvo la razón, cumplió con su pueblo, con sus ideales, y mantuvo en alto el ideario martiano hasta el ultimo día de su existencia, por su indomable valor y dignidad, el pueblo cubano, lo respeta y quiere.

En la madrugada del 27 de febrero de 2014, a sus 95 años de edad, en la ciudad de Miami, dejó de existir físicamente el Comandante Huber Matos Benítez, glorioso y digno patriota. Huber, dejó un legado de patriotismo y dignidad plasmado en su trayectoria de entrega total a los apostolados de los redentores de la patria. Muy pocos hombres en la posición de Huber Matos, hubiesen optado con la valentía que se enfrentó a un tirano como Castro, y después, pasar 20 años con la frente en alto, PLANTADO, durante su largo encierro. Se despidió de su familia y pueblo cubano, con sus ultimas palabras, “la lucha continua”, ¡Viva Cuba Libre!

Un abrazo Huber, tu amigo y mensajero,

Miguel